martes, 17 de agosto de 2010

2.3. Las ciencias del signo: Linguistica, psicoanálisis y hermenéutica

Clase del 19 de septeimbre de 2011

Lingüística:

El desarrollo de las investigaciones científicas en las Ciencias Naturales como producto de los grandes descubrimientos de la época expresados en las leyes y la física de Newton (1684), el origen de las especies de Darwin (1859) y el desarrollo de la psicometría de Alfred Binet (1905), entre otros adelantos de la época, contribuyeron a una visión social del lenguaje como reacción a las corrientes hereditarias.

La obra lingüística de Ferdinand de Saussure se enmarca en la vorágine de los avances de estas ciencias y las ciencias afines. Este lingüista de formación positivista y neogramática fue influida por la sociología positivista, pero por la enseñanza que impartió Saussure en Ginebra entre 1906 y 1911 se abrió una perspectiva nueva, ahistórica y sincrónica.

Su pensamiento estuvo dirigido a liberar el objeto de la lingüística, aislándolo de todo lo ajeno, y esbozó la posibilidad y necesidad de la existencia de una ciencia que se ocupara del estudio de los signos en la vida social, surgiendo de esta forma la semiología.

El signo lingüístico integra el sistema del lenguaje natural del ser humano. Como parte de éste, el signo lingüístico ha sido objeto de estudio de muchas ciencias interrelacionadas: la psicología, la fisiología, la etnografía, la filología y la lingüística.

En el estudio del signo lingüístico no siempre se han tenido en cuenta dos problemas dialécticamente interdependientes: la estructura del signo y en particular, la unilateralidad o bilateralidad del signo lingüístico y la relación entre el lenguaje y el pensamiento.

De ahí que en el estudio de la relación entre pensamiento y lenguaje del signo lingüístico se entienda solo la expresión, el aspecto material del signo, y todo lo que se relacione con el contenido semántico, queda fuera del signo.

La concepción bilateralista de Saussure reconoce dos componentes del lenguaje: la lengua y el habla. Consideró que en la lengua se establecen dos tipos de relaciones: de simultaneidad y de consecutividad. De aquí se deducen los dos enfoques para el estudio: sincrónico y diacrónico (vigentes en la terminología actual) de la lengua, pero Saussure al profundizar en esta lo hace en su forma sincrónica, o sea en un punto dado del tiempo y no en su aspecto dinámico, evolutivo, en el transcurso de la duración.

Con respecto al signo lingüístico Ferdinand de Saussure planteó que este consta de dos caras: el significante y el significado. El problema está en que Saussure no dice simplemente que el signo es una entidad de dos caras, sino que, además, afirma que el signo es una entidad psíquica. La concepción del signo como una entidad psíquica lleva a Saussure a considerar el signo como un contenido ideal. Sitúa al signo en la lengua y plantea que en el habla no hay signos.

Con relación al signo lingüístico Saussure decía:. .. Llamamos signo a la combinación del concepto y de la imagen acústica: pero en el uso corriente este término designa generalmente la imagen acústica sola... Y proponemos conservar la palabra signo para designar el conjunto, y reemplazar concepto e imagen acústica respectivamente con significado y significante... (Saussure, 1973: 127)

Existe una unidad dialéctica del aspecto fónico y la imagen acústica del aspecto material correspondiente que no permite separación. Separar el sonido real de la imagen acústica constituyó un error de la lingüística saussureana que ha penetrado fundamentalmente en los análisis de fonética y fonología. El significado como el contenido lingüístico de los signos que refleja el resultado del proceso del conocimiento de la realidad, en su unidad dialéctica con el significante, están presentes tanto en la lengua (en el sistema) como en el habla (en el discurso) y es lo que hace posible la transmisión del pensamiento. Es en el discurso donde una serie de fenómenos fónicos van deviniendo significantes que, a su vez, hacen posible la significación y de esa manera la aparición del signo como unidad dialéctica de forma y contenido. A través de la función intelectiva (noética) el lenguaje sirve al pensamiento en su formación y formulación.

Al respecto Curbeira, C.A. (2005) plantea: Sin el lenguaje el pensamiento no se puede formar en el grado de complejidad que requiere la praxis social.

Por otra parte, sin lenguaje el pensamiento no podría formularse en signos que le sirvieran para exteriorizarse, podríamos decir para materializarse, para hacer posible la expresión material del pensamiento.

No obstante, Ferdinand de Saussure, a quien corresponde el gran aporte de la escuela sociológica con su curso de lingüística general, contribuyó enormemente al surgimiento de la lingüística general, disciplina que trata los problemas teóricos de la lengua a partir del estudio de su estructura y sus condicionamientos internos. Los principios metodológicos postulados por este autor, constituyen la base en que descansan las contribuciones lingüísticas realizadas después de él hasta la fecha.

Sin negar que el lenguaje es un hecho social, Saussure orientó por el contrario el análisis de la relaciones entre lenguaje y sociedad en una dirección completamente diferente que hasta el momento parece haber quedado demostrada como la mejor según plantea Mounin en su obra Historia de la Lingüística.

En línea en: http://es.scribd.com/doc/19751533/Ensayo-El-Signo-Linguistico

Clase del 20 y 23 de septiembre de 2011

Psicoanálisis:

La ruptura epistemológica entre el psicoanálisis y el estilo de razonamiento psiquiátrico del siglo XIX
Por: Lucía Rangel H.

Consulta este artículo en el siguiente link:
http://www.mecayoelveinte.com/anteriores/pdf/14-La%20ruptura_Rangel.pdf

Referencia consultada de este artículo:

Rangel L. (2009). La ruptura epistemológica entre el psicoanálisis y el estilo de razonamiento psiquiátrico del siglo XIX. En Me cayó el veinte Revista de psicoanálisis no. 14. julio. Recuperado el 27 de junio de 2011 de: http://www.mecayoelveinte.com/anteriores/pdf/14-La%20ruptura_Rangel.pdf

Clase del 26 de septiembre de 2011.

La hermenéutica

Una de las primeras aproximaciones a la hermenéutica actual la hizo Dilthey para quien esta disciplina debe ser el método de las ciencias del espíritu. En ella, la comprensión tiene un carácter objetivo que se dirige hacia las “objetivaciones de la vida”, es decir, hacia las obras y valores histórico- culturales que pueden ser captados por la “vivencia”.Con Heidegger, la hermenéutica gana en profundización y la comprensión pasa a ser una estructura fundamental del ser humano: tal filosofía no es ya una forma particular de conocimiento sino que es la condición esencial de cualquier tipo de conocimiento.

A partir de Hans - Georg Gadamer (nacido hacia 1900), con su obra fundamental Verdad y método (1960), la hermenéutica deja de ser un método, como quería Dilthey, para convertirse en una doctrina filosófica con una propuesta coherente acerca de la “comprensión”. Ya su objeto no es la exploración del ser individual sino la investigación del ser histórico.

En esta versión de Gadamer, la comprensión, que tiene un carácter objetivo, no consiste en entender al otro, sino entenderse con otro sobre un “texto”. Un “texto” puede ser un acontecimiento histórico, una obra de arte, etc., pero en cualquiera de esos casos, la comprensión que se logra es histórica, en cuanto ese acontecimiento u objeto está mediado históricamente. Por otra lado, no es posible lograr una comprensión libre de todo prejuicio (que para Gadamer significa juicio previo). La comprensión de un “texto”, sólo es posible desde una precomprensión o de un prejuicio que el investigador proyecta sobre ese objeto, prejuicio que será modificado por éste, lo cual conducirá a una nueva comprensión de éste y así, sucesivamente, sin un fin de la comprensión. En palabras del filósofo, toda comprensión se realiza dentro de un “círculo hermenéutico”. Comprender no significa trasladarse a la época del autor del texto o del acontecimiento estudiado, sino que supone una “fusión de horizontes” con lo cual se define un horizonte más amplio que los abarca. Por ello, Gadamer dice que el intérprete de un texto. lo comprende mejor que su autor.

“Para Paul Ricoeur (nacido en l913, representante francés de la hermenéutica, con aportaciones propias, como se puede ver en su obra El conflicto de las interpretaciones. 1969), una de las principales dificultades para constituir una filosofía hermenéutica radica en que no existe una única

hermenéutica, es decir, una única forma de interpretación de los símbolos del lenguaje. Para Freud, por ejemplo, los símbolos son un “disfraz” de deseos reprimidos; en cambio, para la fenomenología de la religión (Mircea Eliade, entre otros) son “revelaciones” de lo sagrado. Se puede hablar, así, de un conflicto de interpretaciones entre dos concepciones contrapuestas:

1) La interpretación como “ejercicio de la sospecha”: interpretar es desenmascarar las ilusiones y las mentiras de la conciencia, la cual es concebida como una conciencia “falsa”, ya que crea valores (Nietzsche), ideologías engañosas (Marx) o disfraza las pulsiones inconscientes (Freud). 2) La interpretación como “restauración del sentido”: interpretar es “recolectar” el sentido de los símbolos (puesto que hay una “verdad” del símbolo).

Ricoeur, que en principio se coloca dentro de la segunda forma de interpretación, piensa, sin embargo, que la hermenéutica debe unir, dialécticamente, la sospecha y la confianza, la desmitologización y la restauración del sentido. O también: que la hermenéutica debe ser, al mismo tiempo, “una arqueología del sujeto” (a modo de Freud: descubrimiento de lo ancestral y primitivo) y “una teleología de la conciencia” (al modo de Hegel: búsqueda de símbolos o “figuras” que dan sentido al progreso de la conciencia de sí mismo)”.

(César Tejedor. Op. cit., pág. 430)

Bibliografía recomendada para la unidad

Bunge, Mario. La Ciencia. Su método y su filosofía. Buenos Aires: Ediciones Siglo Veinte, 1981.
_________ . Epistemología. Ciencia de la ciencia. Barcelona: Ariel, 1980.
Cohen, M.R. y E. Nagel. Introducción a la lógica y el método científico. Buenos Aires: Amorrortu, 1968.
Tejedor, César. Historia de la filosofía en su marco cultural. Madrid: Ediciones Cátedra. 1993.
Urmson, J.O. De. De Filosofía y filósofos. Madrid: Ediciones Cátedra,1982.

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